jueves, 19 de mayo de 2011

Moratoria para el ingreso de transgénicos

El Ministerio de Agricultura (Minag) indica que el 60% del maíz amarillo (para consumo de aves y porcinos), el 98% de soya y el 95% de aceites vegetales que se consume en nuestro país son productos genéticamente modificados, y que el Perú conjuntamente con Canadá, Estados Unidos, México, Argentina, China, Alemania España, Australia y Bolivia utilizan productos transgénicos. Asimismo, el Minag asegura que cuenta con la capacidad técnica para que los transgénicos pasen por una investigación rigurosa, por planes pilotos antes de liberarse en el campo y monitoreo para la detección del ingreso de estos cultivos.

Por otro lado, el Ministerio de Ambiente y el director ejecutivo de la Red de Acción en Agricultura Alternativa (RAAA), afirman que el INIA (órgano sectorial del Minag) carece de las capacidades para un eficiente monitoreo y fiscalización de los cultivos transgénicos que eviten un impacto en nuestra rica biodiversidad. Igualmente, el presidente de la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios menciona que  no hay suficiente información sobre la distribución geográfica donde se ubican los cultivos nativos o ecológicos en el Perú. A su vez, la Asociación de Comunidades del Parque de la Papa del Cusco y la Sociedad Peruana de Gastronomía (Apega), se muestran a favor de la moratoria del decreto supremo por un tiempo de 15 años.

No es casualidad que el ministro de Agricultura sea un empresario avicultor, presidente y fundador de la empresa agroindustrial Talsa y a la vez promueva el ingreso de transgénicos al Perú. En ese sentido, se genera una serie de cuestionamientos por la existencia de una “dicotomía entre la representación pública y los intereses empresariales”. Tantos cuestionamientos ha habido en esa gestión pública que el 13 de mayo de 2011 renuncia al cargo de ministro el titular del Minag.

Como resumen se tiene: un decreto supremo sobre el ingreso de semillas transgénicas que ha sido suscrito por un personaje público, de quien se tiene dudas sobre su desempeño como alto funcionario público y que al parecer responde solo a sus propios intereses económicos y quien días mas tarde renuncia a su cargo, pero lo lamentable, es que el referido decreto aún queda vigente. Me pregunto si los cargos públicos sirven para hacer realidad sus necesidades económicas personales. ¿Dónde queda el bienestar de la población nacional? ¿Acaso por no tener formación en biología, agricultura o genética somos incapaces de conocer y de tener criterio sobre el posible daño que puede causar el cultivo de nuestros productos ancestrales con semillas transgénicas? ¿El ex ministro hizo lo correcto porque él sabe de agricultura? ¿Por qué el ex ministro confía ciegamente en las investigaciones de otros países? ¿Su renuncia compensa la moratoria solicitada? La que suscribe esta nota es técnica en electrónica industrial, sé alimentarme bien y sanamente, lo aprendí de mi abuelita Julia Vargas de 83 años de edad, nacida en la provincia de Yungay, del departamento de Ancash, quien no es bióloga ni científica, pero más que preocuparse por ella misma se preocupa por el bienestar de la familia.

Amigas y amigos, la decisión es de nosotros. El país vive un momento en que la exportación de nuestros productos tradicionales y no tradicionales está en pleno auge. Se recomienda apostar por las diferentes agriculturas como arte de labrar la tierra sin semillas transgénicas. Yo apuesto por la agricultura orgánica. Podemos hacer de nuestros recursos muchos productos con alto valor agregado, marcar una diferenciación en calidad y ser reconocidos como un país competitivo en el sector agrícola.

sábado, 14 de mayo de 2011

Los transgénicos llegaron al Perú

Un presidente de nuestro país vecino dijo que el consumo de alimentos transgénicos hacen homosexuales a las personas.

Algunos presidentes regionales del Perú mencionan que no consumirlos es un verdadero compromiso con el bienestar del medio ambiente, por ello Huánuco, Lambayeque y Amazonas han declarado que sus plantaciones están libres de transgénicos.

Científicos mencionan que los alimentos genéticamente modificados brindan un mayor rendimiento por hectárea, sin insecticidas, ni herbicidas y con un menor requisito de agua, asimismo, los alimentos tienen un mayor contenido nutricional y menor precio, por lo que aseguran que son beneficiosos no sólo para el medio ambiente, sino para el hombre y su economía. Lo que ayudará a disminuir la pobreza y el hambre.

Los representantes de la gastronomía nacional han alertado sobre los perjuicios que se ocasionaría sobre las distintas variedades y sabores de los productos naturales si se usan transgénicos.

Sorpresivamente el 15 de abril de 2011, el Ministerio de Agricultura, a través del Decreto Supremo 003-2011, promulgó el reglamento que abre las puertas a la entrada de las semillas transgénicas e indica que el órgano sectorial competente, responsable de la seguridad y el manejo de la biotecnología, es el Instituto Nacional de Innovación Agraria –INIA. El INIA en el ejercicio de sus funciones, ha elaborado el Reglamento Interno Sectorial para el desarrollo de actividades con Organismos Vivos Modificados agropecuarios o forestales y/o sus productos derivados, de modo tal que dichas actividades se desarrollen sin afectar la salud humana y la diversidad biológica. ¿Será cierto? ¿O tal vez representan supuestos intereses privados en favor del ingreso de las semillas transgénicas a nuestro territorio? ¿A caso será realmente un ganar-ganar tanto para el consumidor como para el empresario? ¿Nuestra economía agrícola mejorará con este decreto? ¿A caso nuestras exportaciones están disminuyendo?

El 5 de mayo de 2011, un grupo parlamentario del congreso de la república presenta el proyecto de ley con la intención de dejar sin efecto el decreto 003-20, en el que se indica que los recursos genéticos nativos son cada vez más importantes en la economía agrícola nacional, cuyos productos orgánicos han alcanzado $300 millones del total de exportaciones ($2400 millones) y tiene un crecimiento anual entre 15% y 20%. Es decir, el Perú tiene una gran ventaja competitiva para renacer como líder en el sector agrícola. Entonces, ¿por qué nuestro Ministerio de Agricultura quiere poner en peligro el patrimonio heredado de culturas originarias convirtiendo a nuestra tierra en un banco genético?

En fin, en lo que a mí concierne, yo consumo alimentos orgánicos; es más caro pero es de calidad inigualable. Nuestra tierra no necesita de organismos vivos modificados que dañen la biodiversidad peruana.

¿A caso no tenemos suficientes químicos en nuestro organismo, como los medicamentos que tomamos cuando nos resfriamos? ¿También queremos “medicar” con productos transgénicos a nuestra tierra?. ¿Y tú qué opinas?

Nutrición inteligente consume alimentos ORGÁNICOS